Joya escondida de Champagne

Esta bodega fue establecida en Champagne, en 1860 por Edmundo de Ayala, hijo de un diplomático colombiano. La familia tenía raíces en España, ya que el bisabuelo de Edmundo, Don Antonio de Ayala y Vergara, fue nombrado canciller de Nueva Granada en 1750 por el rey Fernando VI, zarpando hacia lo que mas tarde se convertiría en Colombia. El padre de Edmundo, Don Rafael de Ayala y Lozano, fue un alto oficial del ejército colombiano y más tarde el Cónsul General de Colombia en París.

Edmundo de Ayala nació en París en 1831. Comenzó a trabajar en la pequeña bodega Champenois d'Albrecht en la aldea de Aÿ, en el noreste de Francia, en 1855. Se casó con Berthe Gabrielle d'Albrecht y recibió como dote el castillo de la familia en Aÿ, junto con tierra de viñedos de primera ubicada en Mareuil-sur-Aÿ, lo que le permitió establecer una bodega propia. Su hermano, Fernando de Ayala, desarrolló una distribuidora en Gran Bretaña, lo que le dio acceso al lucrativo mercado británico, y Ayala finalmente se convertiría en el Champagne preferido del rey Jorge VI. En 1882, Ayala fue uno de los miembros fundadores del Syndicat des Grandes Marques, de Champagne, mejorando aún más su reputación como estandarte de calidad.

La casa fue completamente destruida en las huelgas de Champagne de 1911, pero fue reconstruida y lista para reanudar la producción en 1913. En 1922 se vendió a la familia Lefebvre, pero la recesión que comenzó en 1929 resultó ser catastrófica, y la bodega fue vendida  en 1934 al banco británico Guinness. Fue puesta a subasta en 1937 y adquirida por René Chayoux, hijo de un comerciante de vinos de Epernay. Chayoux participó activamente en diversos asuntos comerciales en la región y, finalmente, se convirtió en co-presidente del Comité Interprofessionnel du vin de Champagne (CIVC) de 1944 a 1955. Reclutó a Jean-Michel Ducellier, director de la CIVC y exdirector financiero de Charles Heidsieck, para que lo ayudará a dirigir la casa, y tras la muerte de Chayoux en 1969, Ducellier asumió la responsabilidad de la casa hasta su jubilación en 1995.

Champagne Ayala esta presente en más de 60 países en todo el mundo. De Tokio a Londres, de Nueva York a Sidney, los mejores establecimientos aprecian sus vinos y mantienen bien alto el pabellón de Ayala.