RAVENTÓS I BLANC


En el cenit de los espumantes


La personalidad y el estilo de los espumosos de Raventós i Blanc vienen determinados por los suelos, las variedades autóctonas y la viticultura biodinámica. Los suelos de origen marino dan identidad a sus vinos, aportándoles unas notas salinas y minerales que los hacen diferentes de los espumosos de otros terruños del mundo.


Los suelos de la Conca del Riu Anoia tienen una particular historia geológica que comienza hace 40 millones de años, cuando se produjo el choque entre las placas continental y africana, y como consecuencia se forman las principales cadenas montañosas de Europa y de Cataluña: el Pirineo. 20 millones de años después, Córcega y Cerdeña se separan del continente y se crea el Vallés Penedés. Por aquellos tiempos, el valle estaba cubierto por el Mar Mediterráneo y continuó así durante 4 millones de años más. Luego, se produjo la desecación definitiva del estuario del Anoia, dejando infinidad de vida marina carbonatada (fósiles) en el interior de la roca madre calcárea; otorgando a sus suelos una personalidad única.


Raventós i Blanc es una de las más largas tradiciones vitivinícolas documentadas del mundo. La granja familiar donde hoy nacen sus vinos pertenece, desde el año 1497, a la familia Raventós. Cinco siglos de dedicación al cultivo de 90 hectáreas de viñedos y bosque, y una saga ligada al terruño generación tras generación. Hoy, la finca se mantiene unida, con 44 parcelas que Pepe Raventós cultiva de acuerdo a la viticultura biodinámica. Raventós i Blanc, fiel a la tradición, sitúa la relación entre el hombre y la naturaleza en el centro de su filosofía de elaboración. La experiencia acumulada de más de veinte generaciones cultivando las mismas tierras permite un conocimiento exhaustivo y detallado de cada uno de sus viñedos.


Fue Josep Raventós Fatjó quien, a raíz de un viaje a la Champaña, en el año 1872, elaboró el primer vino espumoso con segunda fermentación en botella, siempre con uva autóctona de su finca. A finales del siglo XIX, 1888, Manuel Raventós Domènech estableció el cupaje del espumoso del Penedés solo con variedades autóctonas: Macabeu, Xarel·lo y Parellada, cupaje todavía vigente hoy. También dedicó sus esfuerzos a seleccionar los mejores ejemplares de estas variedades autóctonas, sentando las bases de los viñedos que hoy proporcionan estos vinos.


Josep Maria Raventós i Blanc, heredero de la Finca Raventós y de Can Codorníu; responsable de la expansión de Codorníu en los años sesenta, impulsor y creador de la DO Cava; soñaba con un vino espumoso de máxima calidad. Trabajador incansable por el prestigio del cava y fundador, en el año 1986, de la bodega Josep Maria Raventós i Blanc, situada en el centro de esta finca histórica con el sueño de recuperar el vínculo entre hombre y naturaleza, y apostar por unos espumosos de máxima calidad. En el año 1986, Manuel Raventós i Negra hizo el primer cava de finca.


Sin embargo, en 2012, Raventós, decide abandonar la DO Cava porque se ha vulgarizado y carece de identidad al producirse en toda España y sin apego al terruño. Convencidos de poder ofrecer algo único, la bodega se enfoca en producir uno de los vinos espumosos más minerales del mundo con la ambición de crear una nueva Denominación de Origen que delimite una zona concreta y exija unos requisitos vitivinícolas específicos. Dejan la DO Cava y denominan a sus vinos ‘espumosos Conca del Riu Anoia’, con el sueño de crear en un futuro una nueva DO de espumosos de máxima calidad en el mundo.

SUS VINOS

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