Pioneros del Pago en Aragón
Aylés como tal, no sólo es una bodega, es un territorio bien definido en la naturaleza y vino conviven de una manera muy especial. Un impresionante paraje atravesado por el río Huerva y el monte San Pablo. Tierras arcillosas, calizas y calcáreas dotan de esencia a este entorno de profundas cuevas y ríos subterráneos.
Pago quiere decir terreno o paraje rural de características particulares que lo distinguen de otros a su alrededor. En la pirámide de calidad del vino español, “Pago”, ocupa el nivel más alto de calidad en la jerarquía de Denominaciones de Origen.
Los vinos que produce Pago de Aylés están marcados por un clima extremo, semi-árido, de inviernos secos y fríos, primavera muy cambiante y veranos muy cálidos. En verano la diferencia térmica alcanza los 20ºC entre el día y la noche.
El terroir, de Glacis, profundos, pedregosos, pero también arcillosos, fríos y sobre todo, muy antiguos (terciario, 25 millones de años) es excepcional para la vid. Así como la privilegiada situación del viñedo, cerrado a los vientos cálidos por la sierra y protegido de los últimos rayos de sol del día por la montaña situada al oeste, factores que favorecen un ciclo vegetativo y de maduración larga y tardía. Las lluvias son escasas
El viñedo de Pago ocupa una superficie de 47 hectáreas de Garnacha, Tempranillo, Cabernet-Sauvignon y Merlot. El cultivo se hace con prácticas de viticultura sostenible, y tiene acreditación de viñedo ecológico. Situado alrededor de la bodega, la uva después de ser vendimiada inicia inmediatamente el proceso de elaboración.